Bajo el cielo de Nueva York
El móvil no para de sonar, otra vez. Lleva haciéndolo toda la mañana, sin cesar y le cansa. Está tan furioso que lo tira al suelo. Grita, se pone las manos en la cabeza, desesperado. El cliente quiere cerrar ya el trato pero no puede ser, no están todas las cartas encima de la mesa… […]